Se trata del Bachillerato Popular Villa Crespo ubicado en Lavalleja y Drago. Un espacio donde se aprende y enseña por fuera de la escuela tradicional y que se sostiene en el tiempo en la formación de sujetos críticos.

Caballito Urbano tomó contacto con Mariana, una de las integrantes del espacio, pero las respuestas fueron elaboradas de manera colectiva.

Caballito Urbano: ¿Cómo y cuándo surge el Bachillerato? 

Mariana: El Bachillerato Popular Villa Crespo nace en 2009, como parte del Movimiento Popular la Dignidad, del cual ya no formamos parte actualmente. Como el resto de las experiencias de Bachilleratos Populares, nace como respuesta de los movimientos sociales y las organizaciones territoriales frente al descalabro que implicaron las políticas neoliberales en el ámbito educativo. 

Por otra parte, se posiciona como una experiencia prefigurativa buscando formar sujetos críticos con un horizonte socialista, de liberación de las diversas formas de opresión. En tanto espacio político-pedagógico, sostiene una práctica enraizada en la tradición de la educación popular. 

El espacio comienza a funcionar en un local pequeño pero ya en su segundo año logra un acuerdo con el club Atlanta para funcionar en el bajo platea del estadio, donde funcionó hasta 2022. 

En el año 2011 se logra el reconocimiento de los títulos oficiales por parte del Ministerio de Educación de CABA, y se recibe la primera camada de egresades.

CU: ¿Qué se puede estudiar y de qué forma? 

M: Es un bachiller popular para adultos que quieren terminar su educación secundaria en 3 años. Los estudiantes reciben el título oficial de Perito Auxiliar en Desarrollo de las Comunidades. En el bachi nos basamos en la idea de que todes tenemos saberes y conocimientos. En ese sentido, estamos convencidos de que todos tenemos muchas cosas para enseñar y muchas cosas para aprender. Por eso, rompemos con el paradigma del docente como único sujeto de saber y al estudiante como un objeto vacío al que hay que llenar de conocimiento. 

Por el contrario, consideramos que si bien los educadores tienen un rol coordinador y facilitador en las clases, el conocimiento se construye de forma dialógica, colectiva y con el aporte de todos y todas quienes conformamos la comunidad educativa. 

Organizamos la cursada en áreas: Matemática, Sociales, Derecho y Salud, y Prácticas del Lenguaje. También tenemos espacios de decisión colectiva como las Asambleas, que son otro lugar de mucho aprendizaje y donde toda la comunidad educativa define el funcionamiento del espacio y sus actividades. 

CU: ¿Cómo es enseñar en los tiempos que corren? 

M: Un momento complejo. Viendo el lado bueno, si es que lo hay, es que particularmente este año notamos mucho interés en sumarse al espacio por parte de nuevos educadores. Frente a un discurso individualista, que ataca a los espacios educativos, a los sectores populares, mucha gente busca espacios militantes como este para construir otro tipo de discursos, de prácticas, de vínculos sociales. Nos proponemos desnaturalizar el sentido común que se propone desde los discursos dominantes y los medios hegemónicos. Dialogamos, reflexionamos, discutimos y trabajamos siempre en torno a la comunidad y al colectivo. En este momento, uno de los desafíos más grandes es la discusión especialmente con quienes tenemos opiniones opuestas. Algo con lo que trabajamos día a día en las aulas y en la lucha. 

CU: ¿Qué balance hacen de este extenso camino recorrido? 

M: Ciertamente tuvimos muchos cambios en estos casi 15 años de existencia. Pero siempre buscando construir colectivamente, abriendo las puertas a toda persona que quiera enseñar y aprender. También vemos como un gran logro haber resistido a grandes desafíos que amenazaron este tipo de experiencias, entre ellas la pandemia, el fuerte ajuste que propuso el gobierno de Cambiemos en 2015-2019, las dificultades crecientes para conseguir espacios en CABA, etc. 

Si bien atravesamos años complejos, ¡seguimos en pie y con grandes proyectos para este año!

¿Qué significa en sus vidas el Bachi? 

M: Es un poco reiterativo, pero el bachi es un compromiso para con la comunidad. Cuyo objetivo es que quienes pasen por el bachi puedan desarrollar un pensamiento crítico pero también que desarrollen/desarrollemos un compromiso con nuestra gente. 

Como educadores, a su vez, el bachi nos transforma a todos. Es principalmente un lugar de aprendizaje, quienes en su mayoría hemos pasado parte de nuestra formación en espacios no tan horizontales, más dogmáticos, menos democráticos y poco participativos. El bachi es inevitablemente una experiencia que te interpela, porque incluso pone en juego nuestros mismos saberes, sesgos y perspectivas.

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