La salud pública hace muchos años viene sufriendo altibajos, más bajos que altos. Una entidad primordial de la sanidad contó cómo lo vive.

Héctor Ortiz es enfermero, en agosto cumplió los 40 años de antigüedad en el Hospital Durand y 39 en el Hospital Pedro de Elizalde. Tiene 61 años y decidió estudiar enfermería por su padre, él trabajó en la misma profesión y se jubiló en el Hospital Italiano, por eso, le transmitió la vocación y el amor por la enfermería.

Comenta que para ser enfermero tenés que sentir la vocación de ayudar. Señala que nunca le causó rechazo el ayudar, siempre se sintió bien dándole una mano a aquellos que no pueden con su salud.

En el 2020 sucedió la pandemia por coronavirus, un hecho mundial que dejó una enorme cantidad de muertes y Ortiz fue una de las personas que por su rol de enfermero estuvo siempre en la línea de fuego. Contó cómo vivió esa situación: “El momento de la pandemia fue un tema bastante de temer, de tener miedo a lo desconocido”. 

“Nos costó mucho a enfermería porque hablan del covid como si hubiesen enfrentado todos los componentes de la salud y te doy un dato preciso sobre quiénes son los que más han tenido bajas; fue la enfermería. En la ciudad murieron, en la época más fuerte, alrededor de 40 enfermeras por el covid, en el país arriba de 200 enfermeras; eso es para que vean quién estuvo a la vanguardia”, manifestó Héctor Ortiz.

Responsabilizó al gobierno de la Ciudad por no brindar las herramientas para combatir al covid – 19, indicó que tenían poco material. “La verdad que la enfermería fue la que más padeció, la que más sufrió, la que más tuvo miedo, pero la enfrentamos”.

Además de ser enfermero también es delegado, no recuerda bien la fecha pero aproximadamente desde 2004. Le surgió la idea, porque veía, junto a otros enfermeros y compañeros, que la enfermería era la más maltratada, la que menos tenía opinión y Ortiz quería que eso se modificara. Él indicó que no quería ser un gremio que sea funcional a los gobiernos, sino que sea una asociación que combata por sus derechos laborales.

Ortiz resalta que para ser un buen delegado hay que tener en cuenta al compañero y sus necesidades, sus condiciones de trabajo. “El enfermero está muy poco respetado en función de las horas, sueldo, indumentaria, de cómo trabaja con materiales escasos; con camas viejas, con poca tecnología y a veces sentir la impotencia de no poder resolver cosas por falta de materiales o por falta de tecnología”, señaló.

También es dirigente de ATE (Asociación Trabajadores del Estado) desde hace 15 años. Contó que les cuesta crecer (a la salud pública) en la ciudad porque hay sindicatos más alineados con todos los gobiernos, que son los que no te permiten crecer, los que ponen a todos los jefes a “dedo”, es decir, sin concursar nada. Por lo tanto, termina siendo el más funcional al gobierno de turno.

Contó cómo se encuentra la salud pública: “Desde hace 12 años atrás viene para abajo, desde que empezó Mauricio Macri. Teníamos un presupuesto en salud de un 22%, hoy con la continuación de estas políticas de desguace, de cansar al trabajador, de dejarlos sin tecnologías, sin insumos estamos en un 15% y de ahí no nos movimos, ni siquiera el covid hizo levantar el presupuesto”. 

“Así es como funciona este tipo de gobierno el cual combatimos en la ciudad de Buenos Aires. Seguimos perdiendo empleados, nosotros éramos alrededor de 40 mil empleados en todo lo que es salud y hoy estamos en 35.000. Las políticas son muy claras, vienen vaciando nuestros hospitales y estamos para atrás con el tema de salud”, finalizó Héctor Ortiz.

Señaló que delegan a compañeros que están en distintos hospitales que planteen los problemas y que juntos puedan organizarse para hacer un solo reclamo. Además, indicó que ser delegado y dirigente es una tarea compleja porque no sólo pelean contra el gobierno de la ciudad, sino que también contra los gremios que son funcionales.

Finalizando, contó cómo hacer para manejar su vida ya que tiene tantos roles que cumplir; manifestó que lo maneja como se puede, perdiéndose algunas cosas, pero a la vez señalando que la vocación te lleva a eso y que está conforme y no pierde la esperanza de que la enfermería en algún momento sea reconocida. 

Que la sociedad entienda que no es el médico quien comunica que la operación fue un éxito y está todo bien. Es importante darse cuenta que la enfermería; la salud del paciente y la mejora del paciente dependen de la observación, la preparación y la formación de un enfermero. Es el primero que te recibe y es el último que te despide o a tu casa o a donde tengas que ir”, concluyó Héctor Ortiz.

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