Chiara Ambrosini es una de las promesas del hockey argentino y un orgullo para el barrio de Caballito.

Criada en el club Ferro Carril Oeste, comenzó a jugar al hockey a los cuatro años, sin imaginar que el deporte que empezó como una actividad recreativa la llevaría a representar a la Argentina con la camiseta de Las Leonas. “Mis ídolas eran Las Leonas, como les pasa a todas las chicas cuando empiezan a jugar”, recuerda Chiara. Con el tiempo, el sueño de alcanzar los seleccionados nacionales fue tomando forma, pasando por los representativos de Buenos Aires, Las Leoncitas y finalmente el seleccionado mayor.
El camino no fue sencillo. Chiara enfrentó desafíos desde chica, como quedarse fuera de la cancha por distintos motivos y, más adelante, quedar fuera de una lista de selección de Buenos Aires, un golpe que casi la hizo abandonar el hockey. “Lucharla desde siempre, las horas de entrenamiento, de frustración, cansancio, estrés, disciplina, esfuerzo y mucha dedicación… porque sin eso es difícil llegar”, reflexiona. Estos momentos la fortalecieron: “Que las cosas se tornen difíciles hace que uno como persona se fortalezca. Hoy puedo manejar las cosas desde otra perspectiva”.
Uno de los momentos más memorables de su carrera fue el debut con Las Leonas frente a Países Bajos. “Fue un privilegio jugar con las chicas con las que me sacaba fotos cuando era chiquita. Es un orgullo ponerme la camiseta de Argentina con mi apellido, representar mi país y cantar el himno nacional sabiendo todo lo que eso significa… Es increíble, por suerte fue algo soñado”, nos cuenta. Cuando le confirmaron su participación, pensó en “todo el tiempo de preparación, en las horas de entrenamiento y en que nunca dejé de confiar en mí misma”.
Chiara también destaca la influencia de sus mentores, especialmente Euge Nimo, jugadora y entrenadora de Ferro: “La admiro en todos los aspectos posibles y me enseñó muchas cosas en mis años en las categorías juveniles”. Ahora, siente el deseo de convertirse en un modelo para las más pequeñas del club y transmitirles que, con esfuerzo y dedicación, todo es posible.
Ferro ocupa un lugar especial en su corazón. “Es mi segunda casa. Es el lugar donde encontré a mis amigas, algunas las tengo desde que empecé a jugar”. Aunque hace solo dos años que juega en primera, muchas de sus actuales compañeras son jugadoras que admiraba desde chica: “Es algo muy lindo porque son personas que ya conozco y con las que me llevo muy bien”. Entre sus recuerdos más preciados están los campeonatos ganados en 2021 y 2022, y el histórico ascenso a la máxima categoría en 2024. “Le ganamos a San Luis, y por suerte pude meter el penal que nos llevó a la A”.
Con los pies en la tierra y la mirada en el futuro, Chiara tiene claras sus metas: seguir representando a la Argentina con Las Leonas, jugar con Las Leoncitas en la categoría junior, seguir creciendo como jugadora y, por supuesto, mantener a Ferro en lo más alto: “Este año nos toca jugar en la categoría más alta, y eso es un gran logro”.
Cuando le pedimos un mensaje para las chicas que persiguen su mismo sueño, responde: “Nunca dejen de creer en ustedes mismas ni de buscar sus sueños. Cuando una persona quiere algo y lo desea mucho, con trabajo, dedicación y esfuerzo, se consigue. No siempre es fácil, pero siempre, siempre, al final hay recompensa”.
Para Chiara, la humildad, la constancia y el compromiso son los valores que hacen la diferencia: “Salir de la cancha y poder decir: ‘Dejé todo’. El resultado puede o no ser favorable, pero saber que hice todo lo que podía hacer y seguí siempre adelante hace que todo fluya y que llegue lo que tenga que llegar. Lleva tiempo, pero llega”.
La historia de Chiara Ambrosini es un ejemplo de que, con pasión y esfuerzo, los sueños pueden hacerse realidad. Desde Caballito y Ferro hasta el más alto nivel del hockey internacional, su recorrido inspira a toda una generación de deportistas y vecinos que ven en ella un motivo de orgullo para el barrio.
Foto: Ferro