Tiene 27 años, es francesa y juega para el club Ferro Carril Oeste en la Primera División del fútbol femenino. Conversamos con Eponine Howarth para conocer su historia.

El fútbol une historias de todo tipo y mueve pasiones por todo el mundo. Ese es el caso de Eponine Howarth, la primera francesa que disputará el Campeonato de Fútbol Femenino de Primera División “A” de la Asociación del Fútbol Argentino.

La abogada especialista en Derechos Humanos y escritora, dirige una revista de literatura y poesía (La Piccioletta Barca) y vino para desarrollar contenidos para esa publicación digital. Sin embargo, el césped la volvió a llamar como en sus años viviendo en Bélgica (en donde jugó para el White Star Woluwe) y ahora es parte del plantel de Ferro para el torneo de 2024.

Caballito Urbano: ¿Cuándo decidiste venir a la Argentina?

Eponine Howarth: Siempre cuento que no vine a Argentina por el fútbol, sino por una revista de literatura y poesía que tenemos con amigos. Yo terminé mis estudios de derecho allá y tuve muchas entrevistas, pero no funcionó. Entonces, por el tema de que me gusta mucho leer y escribir, armamos una revista con unos amigos y decidí dedicarme a eso. La revista es todo digital, publicamos cuatro veces a la semana, poesías, ensayos, relatos cortos y también hacemos entrevistas a escritores, poetas, directores de cine. Somos 3 editores: un argentino, una chica de Estados Unidos y yo. Para avanzar con el proyecto, era mucho más fácil venir para acá. Así que decidí venir y me terminé quedando por el fútbol.

CU: ¿Cómo llegaste a Ferro?

EH: Estoy hace más de 4 meses acá y estuve jugando mucho al fútbol, picaditos, conociendo a más gente. Entonces, llegué a conocer a un chico que se llama Jonathan Di Zeo, que era entrenador de un equipo de Primera hace unos años. Jugando con él y sus amigos, él me convenció de que me quedara acá para jugar al fútbol y me puso en contacto con Ferro. 

CU: ¿Cómo te recibió Ferro?

EH: Súper bien, estoy muy feliz con el nivel, con el grupo, me llevo muy bien con las chicas. Me encanta Caballito. Por ese lado, estoy muy feliz. Al nivel de la competición, creo que hay buen nivel, el objetivo es clasificarse a la Copa Federal del año que viene y terminar lo más alto que podamos en el torneo. 

CU: ¿En Europa estabas jugando al fútbol?

EH: Empecé a jugar al fútbol a los 6 años en el colegio. A los 9, empecé a jugar en Bélgica y jugué en la Primera División hasta los 19 años. Es muy difícil vivir del fútbol allá y por eso me fui a estudiar a Inglaterra y decidí dejar un poco el nivel profesional, pero siempre jugaba en la liga universitaria en Inglaterra que está muy desarrollada.

CU: ¿Cómo te llevas con la cultura argentina?

EH: Me llevo muy bien, creo que Buenos Aires es una de las ciudades del mundo que tiene más librerías. No compro tantos libros porque prefiero leer en francés porque me es más fácil. Además, antes de dedicarme al fútbol iba a muchos eventos culturales. Hay mucha cultura en Buenos Aires, mucho teatro, música, charlas con escritores.

CU: ¿Qué diferencias notás entre el fútbol europeo y el argentino?

EH: No noto tantas diferencias. Dicen que el fútbol acá es más físico, pero no lo noto. Fuera de la cancha, ser atleta mujer es bastante complicado acá y hay muy pocas chicas que sólo viven del fútbol. Pero sigo pensando que en Europa es bastante difícil también. El club donde yo jugaba en Bélgica, que juega en la Primera División, va a tener que dejar de jugar en la liga profesional por dificultades económicas, por ejemplo. Muchos miran al fútbol europeo como si fuera mucho más desarrollado y, la verdad, es que quizás si los clubes grandes sean distintos, como Chelsea, Barcelona, Arsenal. Pero después hay clubes más chicos con todo tipo de problemas, en especial económicos. Exigen un nivel profesional, pero sin el pago que viene detrás. 

CU: ¿Qué te parece el barrio de Caballito?

EH: Me gusta que este barrio es mucho más tranquilo que San Telmo, Recoleta, Palermo o Belgrano. Hay cines y hay muchos cafés, eso me encanta. Me gustan los cafés de barrio en donde podés conocer a los dueños. Me siento muy bien en Caballito.

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