El domingo 24 de agosto, la Asamblea de Vecinos de Caballito celebró las infancias con una jornada comunitaria en el Parque Centenario.

El clima acompañó con sol y una temperatura que ya anticipa la primavera, y eso hizo que muchísimas familias, grupos de amigos y vecinos se acercaran al corazón del Parque Centenario para disfrutar de una tarde especial. La Asamblea de Vecinos de Caballito organizó una propuesta gratuita y abierta para celebrar las infancias, con actividades que despertaron la curiosidad, la creatividad y, sobre todo, la alegría compartida.

El punto de encuentro fue por la Av. Díaz Vélez, en el ingreso donde está el mástil de la bandera, a la izquierda, detrás de la feria de artesanías. Allí se desplegaron los distintos espacios de juego, talleres y espectáculos que llenaron de color y movimiento la tarde.

La música abrió la jornada con un homenaje a María Elena Walsh, interpretado por Santi Adano y Aldi Bozzo, que invitó a cantar a grandes y chicos con canciones que atraviesan generaciones. La ciencia se hizo presente con propuestas interactivas: las y los arqueólogos del CONICET desplegaron su actividad Detectives del Pasado, que permitió a los más pequeños investigar cómo se reconstruye la historia a partir de lo que deja el tiempo; mientras que los equipos del GEMPA y del LeMar (MACN) compartieron relatos y experiencias sobre la vida submarina y sus misterios.

El asombro continuó con la paleontología en vivo, a cargo de especialistas del Laboratorio de Anatomía Comparada (LACEV) del Museo Argentino de Ciencias Naturales Bernardino Rivadavia y el CONICET, que acercaron fósiles y reconstrucciones para ver de cerca. Más tarde, el Departamento de Química de la Facultad de Ciencias Exactas de la UBA se sumó con sus experiencias químicas, juegos y demostraciones que sorprendieron a grandes y chicos.

El arte también tuvo su lugar con un taller de cuadros, donde los pinceles y colores estuvieron a disposición de todas las manos creativas. La zona de juegos fue un punto de encuentro permanente durante toda la jornada, y la merienda comunitaria con sorteos se convirtió en el cierre perfecto para compartir y descansar después de una tarde cargada de energía.

El Parque Centenario, uno de los pulmones verdes más queridos de la Ciudad, volvió a ser escenario de un evento comunitario que demostró la fuerza de la organización barrial. Por unas horas, se transformó en un espacio donde la diversidad de saberes se combinó con la magia de la infancia, en una celebración que dejó sonrisas, aprendizajes y ganas de repetir.

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