Un informe del CEPA revela recortes significativos por parte del Gobierno porteño en áreas esenciales como salud, educación y desarrollo social.

En la ciudad con mayor recaudación del país, el presupuesto sigue sin ejecutarse en áreas fundamentales. Un informe reciente del Observatorio de Economía Urbana del Centro de Economía Política Argentina (CEPA) reveló cifras que preocupan y ponen en evidencia la falta de inversión en sectores clave para la comunidad.
El CEPA, creado en 2012, se dedica a analizar la economía desde una perspectiva política, considerando que las decisiones económicas están atravesadas por disputas de poder. Su último estudio, con datos actualizados al primer semestre de 2024, expone un panorama de subejecución presupuestaria alarmante: apenas se ejecutó el 31% del presupuesto vigente en la Ciudad de Buenos Aires. Entre los ministerios con menores niveles de ejecución, se destacan el de Infraestructura, con un 26%, y el de Desarrollo Humano, con un 28%. También la educación y la salud aparecen entre las áreas más afectadas.
La subejecución implica que los fondos aprobados al inicio del año no han sido utilizados en su totalidad, lo que impacta directamente en la calidad y disponibilidad de servicios esenciales. Desde 2020, la educación sufrió una caída del 41% en su presupuesto, con una reducción del 30% en la Dirección General de Mantenimiento Escolar. Si bien hubo un leve incremento en infraestructura escolar con respecto a 2023, la tendencia general sigue a la baja, acumulando un recorte del 19% desde el año 2020.
El área de salud enfrenta una reducción aún más drástica, con un recorte del 49% en su presupuesto. Los hospitales especializados en salud mental reflejan esta crisis: las inversiones en el Borda y el Moyano cayeron un 51% y un 50% respectivamente desde 2020, mientras que el Alvear y el Tobar García registraron recortes del 52% y el 54%.
En el ámbito social, los ajustes también son significativos. El presupuesto para Desarrollo Social disminuyó un 58% en los últimos cuatro años. La función Vivienda, si bien creció un 80% desde 2020, sufrió un recorte del 21% en comparación con 2023. La ejecución del Ministerio de Desarrollo Humano y Hábitat se redujo en un 55% en los últimos cuatro años, afectando programas esenciales como la asistencia a personas en situación de calle. Este programa tuvo un leve repunte del 57% respecto al piso de 2022, pero aún se encuentra 38% por debajo de los niveles de 2020. Además, en un contexto de crisis habitacional, el Instituto de Vivienda de la Ciudad (IVC) sufrió un recorte del 63% desde 2020.
La cultura tampoco quedó exenta de la reducción del gasto. El presupuesto destinado a esta área experimentó un recorte cercano al 60%, afectando el desarrollo de actividades y el sostenimiento de espacios culturales en la ciudad.
A pesar de contar con los recursos, la Ciudad de Buenos Aires continúa retrasando la inversión en sectores clave. Los datos del CEPA muestran que la subejecución presupuestaria no es un hecho aislado, sino una tendencia sostenida que impacta directamente en la vida cotidiana de los porteños.
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