Una invitación a mirar el mundo con ojos de infancia.

El viernes 3 de noviembre a las 16 horas, la Asociación de Fomento y Biblioteca Popular General Alvear abrirá sus puertas para una nueva función de su tradicional Ciclo de Cine, con entrada libre y gratuita. En esta oportunidad se proyectará Melody, una entrañable película británica dirigida por Waris Hussein en 1971, escrita por Alan Parker (conocido por sus trabajos posteriores en Expreso de medianoche, Fama y Pink Floyd: The Wall) y musicalizada por los Bee Gees. La actividad contará con subtítulos en español y estará acompañada por un breve debate posterior y un ágape compartido, con la invitación a los asistentes a traer algo para contribuir al encuentro, que servirá además como festejo anticipado por el cierre de ciclo.
Melody es un viaje a la infancia, al despertar de los sentimientos y a la ternura de los primeros vínculos. Ambientada en la Londres de los años 70, la historia gira en torno a dos amigos inseparables que viven sus días escolares entre travesuras, complicidades y pequeños actos de rebeldía. Pero la armonía se tambalea cuando uno de ellos se enamora de una compañera de clase. El inocente romance, lejos de ser trivial, se transforma en un eje movilizador que pone en cuestión las estructuras del mundo adulto, tan rígidas y ajenas al universo emocional de los chicos.
Esta es la historia de un amor infantil, casi adolescente, y es tan sencilla que es difícil transmitir su encanto. Lo cierto es que lo tuvo hasta volverse inolvidable para la generación que lo vio en el lejano momento de su estreno, y lo tuvo también para quienes llegaron a verlo en sus pocas exhibiciones televisivas. La buena noticia es que lo conserva, y quizá el secreto esté en la solvencia con que acumula detalles puramente descriptivos para enriquecer su trama. Antes de que Melody y Daniel se reconozcan enamorados, el realizador se preocupa por mostrar sus respectivos entornos familiares (ambos proceden de distinta extracción social), los amigos que eventualmente serán cómplices de la relación, los paseos y juegos en una Londres que ya no era swinging, y, sobre todo, un establishment educativo agobiante en el que todavía eran usuales los castigos corporales.
Parte del mérito del film corresponde a Alan Parker, que lo ideó y escribió, pero, dada la naturaleza prácticamente documental de la puesta en escena, no puede desestimarse la mirada del director Waris Hussein, de origen indio, que hizo un par de films interesantes antes de sumergirse en la televisión, ni del eminente fotógrafo Peter Suschitzky, frecuente colaborador de, entre otros, Peter Watkins y David Cronenberg. Tampoco puede dejar de mencionarse la banda sonora, mayormente compuesta e interpretada por los Bee Gees en su mejor momento, que en Argentina fue un best seller durante décadas.
Contada desde la perspectiva de la niñez, Melody conmueve por su autenticidad y por su capacidad de hablarle al público de todas las edades. Es una película que nos recuerda la importancia de escuchar a los niños y niñas, de validar sus emociones y de comprender que su forma de mirar el mundo no es menos legítima por ser distinta. La sensibilidad con la que se retratan los vínculos, sumada a la potencia nostálgica de la música, hacen de esta obra una experiencia cinematográfica que sigue vigente más de medio siglo después de su estreno.
La elección de Melody para el Ciclo de Cine no es casual: en tiempos donde lo inmediato y lo espectacular suelen dominar las pantallas, esta película propone una pausa, un regreso a lo esencial, a las emociones primarias, a esa etapa de la vida en la que todo es descubrimiento. La propuesta de la Asociación Alvear busca precisamente eso: abrir un espacio de encuentro donde el cine funcione como disparador para pensar, conversar y compartir en comunidad.
La cita es entonces el viernes 3 de noviembre, a las 16 horas, en la sede de la Asociación Alvear. Una oportunidad para volver a emocionarnos con una historia simple y profunda, y para celebrar la posibilidad de seguir viendo cine juntos.
![]()