Las PYMEs al borde del colapso.

“Las PYMEs enfrentan un momento crítico”, advirtió Julián Moreno, presidente de la Asamblea de Pequeños y Medianos Empresarios (APYME). La frase condensa el estado de alerta en el que se encuentra el sector, que atraviesa una caída persistente del consumo, la falta de financiamiento y un abandono por parte del Estado que amenaza con dejar a miles de empresas fuera del mapa productivo argentino.
Según Moreno, el leve repunte registrado en julio —atribuido al aguinaldo— no alcanza para revertir la tendencia. “El mes de julio mostró un ‘veranito’, pero los indicadores económicos están cayendo de forma alarmante. Un solo mes no es representativo; la caída se mantiene y se prevé que continúe”, explicó. Agosto, dijo, fue particularmente duro para sectores clave, confirmando un escenario de retroceso sostenido.
Uno de los principales focos de crítica por parte de APYME es el modelo económico actual, que, según Moreno, desincentiva la industria y debilita las herramientas públicas necesarias para que las pequeñas empresas puedan desarrollarse. “El presupuesto nacional ha eliminado las partidas destinadas a ayudar al sector pyme, así como aquellas vinculadas a la formación y capacitación profesional en organismos como el INTI, el CONICET y las universidades”, señaló. Para Moreno, la desinversión en estas instituciones socava la competitividad de las PYMEs, muchas de las cuales dependen de estos espacios para innovar, capacitarse y sostener su actividad.
La situación financiera es dramática: sin acceso a crédito y con ingresos en caída, muchas empresas apenas logran cubrir el pago de salarios. “Las entidades dejan de tener razón de ser, y esto contribuye a un ciclo de desarme del sector. La sociedad no se da cuenta de lo que se está perdiendo porque el servicio no se está prestando. Estamos tristes y preocupados”, enfatizó.
Los datos son alarmantes. En lo que va del año, ya han cerrado unas 10.000 PYMEs, y se han perdido 180.000 puestos de trabajo, de los cuales un 70% pertenecen al sector de grandes empresas. Sin embargo, Moreno destacó que las pequeñas y medianas empresas resisten hasta el final antes de despedir personal. “Las PYMEs, en general, intentan mantener a su personal hasta el último momento”, subrayó.
Ante la falta de señales desde el Poder Ejecutivo, la apuesta está puesta en el Congreso. Desde APYME presentaron un proyecto de emergencia pyme, que espera tratamiento en la Comisión correspondiente de la Cámara de Diputados. “Anhelamos recibir una respuesta esta semana o la próxima. Sabemos que hay otros pedidos que se pueden unir a esta iniciativa”, indicó Moreno.
El presidente de APYME cerró su intervención con un llamado claro a la sociedad y a los representantes políticos: “Para vivir con dignidad en un mundo tan complejo, necesitamos un Estado que apoye a las PYMEs, las cuales son fundamentales para la promoción del empleo y el bienestar de todos”.
En tiempos de ajuste, las PYMEs —responsables de más del 60% del empleo en el país— no sólo piden ayuda: exigen ser vistas.
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