Así se llama la primera muestra individual de Rosana Lifschitz, artista y vecina del barrio. La misma se presentará en la Fundación María Candela el próximo viernes 28 de noviembre.

Este viernes 28 de noviembre a las 20, Rosana Lifschitz inaugurará su muestra “Paisajes del alma” en la Fundación María Candela González Gómez Masía, ubicada en Cachimayo 517. “Esta exhibición se trata de mi primera muestra individual, a mis 64 años. Yo pinto desde que tengo 5, pero siempre trabajé como decoradora”, cuenta Rosana, en conversación telefónica con este medio.
Esta primera exposición es un hito que llega luego de más de cinco décadas dedicadas a la pintura y tras una extensa trayectoria en la decoración y en diversas muestras colectivas. “Cuando me jubilé como decoradora decidí que iba a poner toda mi energía, mi tiempo y mis sueños a esto, que es lo que hice durante toda mi vida, que es mi pasión, que es pintar”, agrega la artista.
Según explica, la preparación de la muestra comenzó hace dos años, en paralelo con la participación en proyectos y exhibiciones junto a otros artistas: “De a poquito voy sumando proyectos y cumpliendo metas, y esto me hace muy feliz”. Aunque ya había integrado múltiples muestras colectivas, esta experiencia representa para ella un logro personal significativo: “Es la primera vez que se me da la oportunidad de poder hacer una muestra individual y para mí es como un sueño cumplido”.
Su carrera comenzó en el figurativismo, pero con el tiempo su estilo fue cambiando: “Empecé pintando más figurativo, después me fui transformando. Uno va creciendo, va viviendo, y eso fue dejando huellas en mi pintura”. Sobre el título de la muestra, explica: “Paisajes del alma es porque cuando empiezo a pintar un paisaje siento que pongo el alma en ello”.
Los trabajos exhibidos forman parte de su producción más reciente: “La última etapa de mi vida estuve haciendo muchos paisajes, muy soñados, muy descontracturados, que salen de mí, de lo que siento en ese momento, de cómo estoy y de lo más profundo”. Para Lifschitz, el arte funciona como un canal expresivo que le permite trabajar con plena sinceridad: “El arte es donde yo vuelco todo de mí misma, toda mi verdad, todos mis colores, lo que me va pasando, lo que va pasando en la vida alrededor mío”.
Su proceso creativo varía según cada obra. “Hay obras que sé perfectamente lo que quiero y arranco y no paro, y hay obras que las rehago muchas veces”, explica. En ocasiones, el cambio de ánimo modifica por completo el desarrollo del cuadro: “Quizás tenía un estado de ánimo y cuando vuelvo a tomarla no me gusta lo que veo, y vuelvo a empezar”.
La inauguración del viernes será abierta a la comunidad, con entrada gratuita. “Quisiera que la gente del barrio, los que no me conocen, se acerquen, vean la obra, me cuenten qué les parece, me digan qué sienten”, invita Lifschitz. Durante el evento habrá música y se sorteará una obra entre los asistentes: “Hay obras de todo tipo y de todos los valores, como para que vengan a distraerse, a ver algo muy agradable, a ver mucho color y mucha vida”.
De cara al futuro, la artista proyecta continuar participando de iniciativas colectivas. “Cada día hay más convocatorias y más lugares donde mostrar, y cuanto más se va conociendo la obra más se van abriendo los caminos”, señala.
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