La Justicia porteña restituyó la medida cautelar que desde 2020 mantiene suspendida la obra impulsada por IRSA y Portland en el terreno ubicado entre Avellaneda y el playón ferroviario. La Cámara de Apelaciones desestimó los cambios presentados por las empresas y avaló el planteo de las organizaciones vecinales.

Por segunda vez, la Justicia porteña le puso un freno a la obra inmobiliaria Ciudad Palmera, que las empresas IRSA y Portland impulsan en el barrio de Caballito. La Sala II de la Cámara de Apelaciones en lo Contencioso, Administrativo y Tributario revocó el fallo de primera instancia que había permitido reanudar la construcción en una de las parcelas del predio, y restituyó así la medida cautelar que suspendía la totalidad del proyecto desde 2020.
La resolución, firmada el viernes 14 de julio por los jueces Fernando Lima, Marcelo López Alfonsín y Mariana Díaz, acompañó el dictamen de la fiscal de Cámara Karina Cícero, quien recomendó dejar sin efecto el fallo del juez Darío Reynoso (Titular del Juzgado N.° 24). El nuevo revés judicial llega tras un largo proceso legal impulsado por organizaciones vecinales, comuneros y referentes del barrio que desde hace más de dos décadas se oponen a los proyectos urbanísticos de gran escala en esa zona.
El eje del conflicto radica en la parcela 1 del predio, ubicada en la intersección de Avellaneda y Fragata Sarmiento, donde las empresas comenzaron a construir en plena pandemia. En esa unidad, de unos 3.500 metros cuadrados, IRSA y Portland afirmaron haber introducido cambios sustanciales: reducción de subsuelos para cocheras, limitación del uso comercial a una galería en planta baja, y transferencia de la titularidad de esa parcela a Portland. Según su argumento, estas modificaciones la desvincularían del resto del proyecto, y por ende no justificarían mantener la medida cautelar vigente.
En base a ese planteo, el juez Reynoso había resuelto a favor de las desarrolladoras y habilitado la posibilidad de reanudar la obra en esa parcela específica, aunque sin pronunciarse sobre las otras tres en las que también se proyectan construcciones. Sin embargo, la Cámara desestimó esa lectura y entendió que los cambios presentados por las empresas no alcanzaban a satisfacer las condiciones exigidas para suspender la medida.
La jueza Mariana Díaz fundamentó su voto en la falta de garantías sobre el cumplimiento de los estándares urbanísticos y ambientales que motivaron la cautelar original, dictada en agosto de 2020. “No se ha demostrado la aptitud para satisfacer el conjunto de exigencias que se estimaron cautelarmente incumplidas”, sostuvo en la resolución de siete páginas que vuelve a paralizar toda intervención en el terreno.
La decisión judicial fue celebrada por las organizaciones barriales, que sostienen una batalla contra el proyecto desde hace más de 20 años. El amparo fue encabezado por el Consejo Consultivo Comunal N° 6, las organizaciones S.O.S Caballito y Estación de los Deseos y los comuneros Osvaldo Balossi y Agustina Quinteros.
El origen del conflicto se remonta al año 1999, cuando Alto Palermo S.A. (actualmente IRSA) adquirió el predio con la intención de construir un shopping. Desde entonces, intentaron sin éxito que la Legislatura porteña sancionara una norma especial para habilitar la obra.
Al no lograr esa vía, las empresas recurrieron a una estrategia alternativa: subdividir el terreno de tres manzanas (ubicado entre Avellaneda al 1300 y 1500, junto al club Ferro y el playón ferroviario) en cuatro parcelas independientes. Esta maniobra, según denunciaron los vecinos y vecinas de la zona, les permitió eludir el debate legislativo y avanzar con permisos de obra fragmentados, sin tener que tratar el proyecto en su conjunto.
Pero tanto en 2020 como ahora, la Cámara consideró que esta segmentación es solo aparente y que, en realidad, se trata de un emprendimiento único e integral. Los jueces remarcaron que las obras “no podrían examinarse desde una perspectiva autónoma”, ya que involucran la construcción de diez edificios de diez pisos, garajes y galerías comerciales que conforman “un emprendimiento global”.
Las organizaciones barriales sostienen que los supuestos cambios en el proyecto son insuficientes. En lugar del shopping original de 28 mil metros cuadrados, aseguran que las empresas plantean ahora una galería comercial de 25 mil metros cuadrados, manteniendo además la construcción de los diez edificios, con 1.188 departamentos en total. A eso se suma, según advirtieron, la ausencia de estudios de impacto ambiental adecuados y la falta de cesión de espacios públicos o compensaciones al barrio.
Mientras tanto, el desarrollo de Ciudad Palmera continúa paralizado y el futuro del proyecto queda en suspenso, a la espera de nuevas definiciones judiciales o políticas.
Foto: SOS Caballito Archivo.