La licitación para un túnel en la calle Federico García Lorca abre una nueva etapa en la búsqueda de soluciones parciales al histórico problema ferroviario. El plan del Gobierno de la Ciudad contempla diferentes cruces subterráneos como alternativa ante la parálisis de la obra del soterramiento.

Aunque se habla de su transformación desde hace más de cien años, el tren Sarmiento sigue siendo una barrera estructural en el entramado urbano porteño. Las vías, que conectan la estación Once con el oeste del conurbano, continúan dividiendo barrios y complicando el tránsito en numerosos cruces. 

En ese contexto, y ante la falta de avances en los grandes proyectos de infraestructura como el viaducto o el soterramiento, el Gobierno de la Ciudad apuesta a intervenciones más acotadas, pero concretas.

Esta semana se lanzará la licitación para construir un paso bajo nivel en la calle Federico García Lorca, en el barrio de Caballito. La obra forma parte de un plan más amplio que contempla entre ocho y diez nuevos túneles (los cuales son conocidos popularmente como “sapitos”) a lo largo del trazado del ferrocarril Sarmiento. El objetivo de esta propuesta es aliviar el tránsito, reducir los tiempos de espera por barreras bajas y mejorar la seguridad vial en una zona densamente transitada.

El nuevo túnel se ubicará a metros de la estación Caballito del tren Sarmiento. Se trata de una obra pensada para tránsito liviano, con un solo carril en sentido norte-sur. Los autos ingresarían por García Lorca, pasando la calle Yerbal, y emergerían cerca de Bogotá. La obra tendrá dimensiones reducidas, será apta para autos, motos, bicicletas y ambulancias, pero no para colectivos ni camiones.

Según estimaciones oficiales, esta solución beneficiará directamente a unos 50 mil vecinos y vecinas de la zona, quienes hoy se ven obligados a esperar varios minutos cada vez que la barrera baja. 

Actualmente, las opciones para cruzar la vía en ese sector se reducen al puente doble mano de la calle Fragata Sarmiento, al paso por Acoyte o al puente peatonal existente en García Lorca, que será conservado.

El presupuesto de esta intervención ronda los 8 millones de dólares y se prevé que la obra comience en el segundo semestre de 2025, con fecha tentativa de inauguración a principios de 2026.

En paralelo, el Ministerio de Infraestructura de la Ciudad planifica otro paso bajo nivel en Villa Luro, cuya ubicación exacta se anunciará próximamente. La elección de ambos puntos busca llevar a cabo soluciones en sectores críticos en términos de tránsito y con dificultades particulares para la ejecución de un viaducto.

La decisión de avanzar con pasos bajo nivel contrasta con el estancamiento del proyecto del soterramiento del ferrocarril Sarmiento. Entre 2016 y 2019, durante la presidencia de Mauricio Macri, se construyó un túnel de 7,1 kilómetros de extensión entre Castelar y Villa Luro. Tiene un diámetro de 11 metros y está a 20 metros de profundidad. Su costo fue monumental, pero nunca se avanzó con las etapas complementarias para ponerlo en funcionamiento. Hoy, la obra permanece inutilizada y sin fecha de reactivación.

Este contexto de obras inconclusas, este tipo de obras reducidas se convierte en el camino más viable. Los “sapitos” permiten aliviar puntos de congestión específicos, reducir el riesgo de accidentes y mejorar la conectividad entre barrios.

En el caso particular de García Lorca, además, se trata de un tramo donde, según los técnicos de la Ciudad, cualquier futuro viaducto se encontraría con limitaciones de pendiente, ya que está próximo al sector donde la traza ferroviaria comienza a elevarse. En ese sentido, el túnel no interferiría con una eventual obra mayor, sino que sería complementario.

La decisión de avanzar con túneles como el de García Lorca responde a una visión más amplia sobre cómo mejorar la movilidad en zonas densamente urbanizadas. Además, reducir el tiempo durante el cual una barrera permanece baja no solo mejora la circulación vehicular, sino que también disminuye la contaminación sonora, el estrés de los conductores y el riesgo de siniestros viales. 

Por otra parte, al brindar nuevas alternativas para cruzar las vías, se distribuye mejor el flujo y se evita la saturación de los pocos pasos existentes. El Gobierno porteño evalúa que, con la construcción de entre 8 y 10 pasos bajo nivel, se lograría una mejora sensible en la situación general del Sarmiento. 

La elección de Caballito para esta nueva intervención no es casual. Se trata de un barrio densamente poblado, atravesado por múltiples líneas de transporte y donde el conflicto entre la trama urbana y la infraestructura ferroviaria es particularmente visible. En esta zona de la Ciudad, el Gobierno porteño ya realizó otras intervenciones urbanas en los últimos años, como por ejemplo la instalación de ciclovías.

Con el paso bajo nivel de García Lorca, Caballito avanza con esta propuesta de intervenciones puntuales, de bajo o mediano costo, con impacto directo en la movilidad urbana. Una estrategia que, aunque no resuelve todos los problemas, avanza por donde sí se puede.

Foto: GCBA.

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