Este restaurante conquista a vecinos y turistas con cocina de estación, carnes de pastura y una coctelería pensada para todos los gustos.

En el corazón de Caballito, sobre la transitada y arbolada Pedro Goyena, Macha se impone como un refugio cálido y moderno para quienes buscan una experiencia gastronómica completa con una propuesta cuidada al detalle: cocina con productos frescos y orgánicos, carne de pastura cocida al Josper, vinos que recorren todo el país y tragos clásicos reversionados.

El lugar combina elegancia y confort con diseño contemporáneo. “La idea principal fue crear un espacio cálido y moderno con una propuesta honesta de platos clásicos con una pizca de reversión, manejando productos frescos, orgánicos, de estación, con el cuidado y curaduría de los mismos”, explicó Alejandro Chacón, subgerente de Macha y especialista en vinos. “Queremos ser un punto de encuentro para todas las personas que habitan o visitan Caballito”.

El restaurante, a cargo de los chefs Martín Sclippa y Estefanía Maiorano, ofrece una carta acotada, pero variada, que incluye desayunos, almuerzos, meriendas, brunchs y cenas, todos los días. Uno de los grandes protagonistas es la carne de pastura, cocida al horno Josper, un híbrido entre parrilla y horno que logra una cocción intensa, con aromas de leña y carbón.

En la carta se puede elegir entre cortes seleccionados, pastas, milanesas y pequeñas degustaciones. También hay postres con combinaciones únicas, como la pavlova con curd de limón, chocolate blanco y frutillas, que aprovechan al máximo las frutas de estación.

La coctelería, a cargo del bartender Leandro Milan, apuesta por una carta reducida pero con personalidad, que juega con reinterpretaciones de clásicos como el Vigroni, el Fresco y Bonito o el Albariño. “Es una carta pensada con innovación e interactividad. Pocas opciones, pero bien definidas”, aseguró Chacón. Lo mismo sucede con la selección de vinos: “Ofrecemos una carta federal que busca recorrer cada rincón de la Argentina”.

Con la llegada de la primavera, la propuesta se renueva. Los platos más cálidos dan paso a opciones más frescas y ligeras. Macha se consolida así como uno de los destinos gastronómicos más atractivos del barrio: un espacio versátil, con identidad propia, que refleja en sus platos el pulso cambiante de la ciudad y de sus ingredientes.

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