Tras un choque menor, una conductora rompió el vidrio del colectivo con el limpiaparabrisas.

Una escena de violencia insólita sacudió la tarde del domingo en el barrio de Caballito, cuando una mujer reaccionó con furia luego de un leve choque entre su auto y un colectivo. El hecho ocurrió sobre la avenida Rivadavia al 5700 y terminó con la intervención policial, una mujer detenida y pasajeros enfurecidos que intentaron hacer justicia por mano propia.
Todo comenzó con una colisión menor: un colectivo de la línea 2 habría impactado de forma leve contra un Peugeot 207 en el que viajaban un joven y su madre. Sin embargo, lo que parecía un incidente menor escaló rápidamente en tensión. La madre del conductor bajó del auto y, con furia, comenzó a golpear el colectivo. No se trató solo de gritos o insultos: arrancó el limpiaparabrisas del vehículo y lo utilizó para destrozar la ventanilla del chofer.
La secuencia fue registrada desde el interior del colectivo por el propio conductor, quien intentó calmar la situación sin éxito. “Desde hoy me está rompiendo el colectivo, señora, déjela”, se lo escucha decir, segundos antes de que la agresora le rompa el vidrio de su ventanilla con dos golpes.
Hasta ese momento, los pasajeros permanecían atónitos, sin intervenir. Pero tras ver cómo estallaba el vidrio del conductor, varios se levantaron y se acercaron a la puerta con intención de bajarse y enfrentar a la agresora. Los gritos comenzaron a escalar. Una pasajera pidió calma: “Es una señora, pará. Yo te entiendo, pero calmate porque es una señora”. Aun así, la tensión crecía entre los ocupantes del colectivo, el hijo de la agresora y las personas que se encontraban en la vereda.
La intervención del personal de la Comisaría Vecinal 6°B de la Policía de la Ciudad fue clave para evitar una escalada mayor. Los oficiales llegaron al lugar y lograron contener la situación, justo cuando varios pasajeros estaban dispuestos a agredir a la mujer.
Finalmente, la Unidad de Flagrancia Oeste ordenó la detención de la agresora, una mujer de 47 años, y el secuestro de ambos vehículos involucrados. La causa quedó en manos de la Justicia y podría ser caratulada como “lesiones”.
El hecho volvió a poner sobre la mesa el debate sobre la violencia en la vía pública y la necesidad de apelar al diálogo y la contención en situaciones conflictivas, especialmente cuando hay más personas involucradas.
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