Rompieron un blindex, atravesaron la dependencia y huyeron por la calle Bogotá. La Policía de la Ciudad busca a los evadidos.

Una nueva fuga de detenidos sacudió a la Ciudad de Buenos Aires y volvió a poner en debate las condiciones de encierro en las comisarías porteñas. Esta vez ocurrió en Caballito, donde cuatro personas privadas de la libertad escaparon de la comisaría vecinal 6B, ubicada sobre la avenida Avellaneda al 1500. Dos de ellos fueron recapturados minutos después, mientras que los otros dos continúan prófugos.
El episodio tuvo lugar en la noche del domingo. Según informaron fuentes policiales, los internos rompieron un panel de blindex que separaba el pasillo de los calabozos del resto de la dependencia. Aprovechando un descuido, atravesaron las instalaciones y salieron por una de las puertas traseras, sobre la calle Bogotá.
El escape generó un fuerte operativo en la zona, en el que intervinieron distintas unidades de la Policía de la Ciudad. En medio de forcejeos con los efectivos, se logró capturar a dos de los evadidos, quienes, junto con algunos agentes, resultaron heridos y debieron ser atendidos por el SAME. Los otros dos lograron fugarse en una camioneta Ford Ecosport roja que los esperaba a pocos metros.
Los prófugos fueron identificados como Jonathan Coma, de 32 años, y Nelson Nicolás Riquelme Pichun, de 29. Ambos tenían antecedentes penales y se investiga si contaron con ayuda externa para concretar la huida. En el barrio, vecinos y vecinas mostraron preocupación por la situación, en un contexto donde ya se acumulan tres fugas en menos de una semana en diferentes comisarías porteñas.
Este hecho se suma a lo ocurrido días antes en la comisaría de San Telmo, donde nueve detenidos lograron salir de la celda. Algunos fueron recapturados rápidamente, mientras que otros permanecen en búsqueda. También en Balvanera, en la alcaidía 3A, dos hombres se escaparon tras romper una reja. La reiteración de estos episodios encendió las alarmas en el sistema de detención de la Ciudad.
Actualmente, las comisarías y alcaidías porteñas alojan a más de 2000 personas, aunque su capacidad total es de menos de 1000. Esta sobrepoblación, sumada al uso de espacios no diseñados para la permanencia prolongada, agrava las condiciones de encierro y aumenta las posibilidades de hechos como el ocurrido en Caballito.
Por estas horas, los investigadores analizan las cámaras de seguridad de la zona y no descartan nuevas medidas judiciales. Desde la fuerza informaron que el personal que estaba de guardia será citado a declarar y se evaluará si hubo fallas en los controles.
Desde el gobierno porteño se ha solicitado al gobierno nacional un plan concreto para trasladar a los detenidos al sistema penitenciario federal, dada la sobrepoblación y las condiciones precarias en las comisarías, aunque por el momento no se anunciaron medidas concretas.
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