Tras cuatro años del derrumbe que sacudió al club y al barrio, Ferro reinaugura la Tribuna Popular el 15 de agosto. Una obra clave para el crecimiento institucional y deportivo.

En septiembre de 2021, un estruendo en pleno mediodía sacudió la rutina de Caballito. La tribuna en construcción sobre la calle Avellaneda, en el Estadio Arquitecto Ricardo Etcheverri de Ferro Carril Oeste, colapsó durante una obra de remodelación. Aunque no hubo víctimas fatales, el derrumbe dejó seis trabajadores heridos y marcó un punto de inflexión para el club.

Cuatro años después, Ferro vuelve a ponerse de pie. El próximo 15 de agosto, el club reinaugurará la Tribuna Popular con un partido frente a Colegiales, en una fecha cargada de simbolismo: la última tribuna que se había inaugurado en el estadio también fue un 15 de agosto, pero de 1971.

“La tribuna para nosotros es un logro impresionante, es un objetivo que teníamos a cumplir desde hace muchos años. Es un sueño para el club”, expresó Gabriel Santa María, vicepresidente segundo de la institución, en diálogo con Nota al Pie.

“Después de 54 años volvemos a tener una mega obra en el club, que no es una simple tribuna. Se contempla una serie de obras, como instalaciones o vestuarios, vitales para la función social y deportiva que tiene el club”, agregó.

El camino fue largo y con obstáculos. El 29 de septiembre de 2021, mientras se realizaban tareas de revestimiento con hormigón, fallaron los puntales de madera que sostenían parte de la estructura, provocando el derrumbe del último módulo de la nueva tribuna.

Los escombros cayeron dentro del estadio, sin afectar la vía pública, y seis trabajadores sufrieron heridas leves. La Agencia Gubernamental de Control (AGC) confirmó que la obra había sido clausurada en enero de ese mismo año y que hubo violaciones a la clausura en marzo y julio, con intervención judicial. Desde el club, en ese momento, señalaron que no estaban en conocimiento de esa clausura.

“Para lograr la habilitación de los planos de esa tribuna, tuvimos que regularizar los planos de todo el predio, inclusive la tribuna sur que no tenía planos registrados”, detalló Santa María.

“Tuvimos que recurrir a la Legislatura para no pagar los derechos de obras que no estaban regularizadas. Esto nos sirvió a nosotros y a otros clubes”, agregó.

Desde entonces, Ferro atravesó una etapa de reconstrucción que fue mucho más allá de lo edilicio. La dirigencia avanzó con múltiples obras que consolidan al club como una institución barrial en expansión.

“Supimos construir un colegio maternal, un jardín de infantes, una escuela primaria, una escuela secundaria. Todo desde cero, con todas las normativas de seguridad vigentes. También construimos otros polideportivos, que albergan básquet, vóley, futsal. Sin todas estas obras, el club no podría tener los 20 mil socios que tiene hoy en día”, explicó el vicepresidente segundo.

Respecto a la tribuna, remarcó: “Para un estadio tan mítico, no podíamos hacer otra cosa que una tribuna como se la merece. Esa masa de hierro y hormigón que hicimos va a quedar para la historia”.

El nuevo sector popular representa la culminación de una promesa postergada y también el rumbo hacia una nueva etapa. En un barrio donde el club es parte de la identidad urbana y emocional, la reinauguración de la tribuna se celebra como una victoria colectiva.

El 15 de agosto, la estructura volverá a poblarse de hinchas, de canciones, de banderas. Pero también de memoria: la de un club que resistió, reconstruyó y volvió a empezar.

 

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