El sábado 29 de marzo, las calles de Caballito fueron escenario de la Bicicleteada Internacional de las Niñas y las Disidencias.

Fue un evento que no solo promueve el derecho de las niñas a ocupar el espacio público, sino que también se replicó en distintas ciudades de Latinoamérica y el mundo.
La jornada comenzó a las 10 de la mañana en la Plaza Giordano Bruno (esquina Neuquén y Honorio Pueyrredón) donde decenas de niñas y mujeres se reunieron para pedalear juntas. La iniciativa, convocada por el taller de ciclomecánica Galgo Supernova y Bycs.org en Buenos Aires, propuso un recorrido pensado especialmente para las participantes, finalizando en la sede de la Cooperativa de Recuperadores Urbanos del Oeste (RUO), en Yerbal 1473.
Marcela Espíndola, comunicadora feminista y activista ciclista, destacó la importancia de este tipo de actividades: «Una bicicleteada para niñas no es solamente un espacio seguro para que ellas puedan pedalear juntas, compartir experiencias y verse reflejadas en otras de su edad o más grandes, sino que es un espacio que reconoce el derecho de estar en la calle. Es la posibilidad de poner en el centro de la discusión la realidad que viven las niñas, de hacer protagonistas a un grupo de personas que históricamente ha estado subestimado en una sociedad patriarcal y adultocéntrica».
Desde la organización de la Cicletada de las Niñas resaltaron el crecimiento del evento y la participación de distintas ciudades: «En una nueva versión de la Convocatoria Internacional de la Cicletada de las Niñas 2025, nuestras hermanas de distintas ciudades y países han contestado y se han puesto en campaña para realizar esta actividad en sus entornos. Agradecemos a cada compañera que coordina, a cada voluntaria, a cada una de las organizaciones, instituciones, emprendimientos y colaboradoras que hacen parte de esta red de Cicletadas de las Niñas que fomentan el uso del espacio público para niñas, mujeres y disidencias a través de la bicicleta».
El lema de esta edición, «¿Cuesta arriba? ¡Pedaleá!», resonó con fuerza en un contexto desafiante. «Sabemos que este año es difícil, por lo que tomamos esta frase como un grito a nosotras mismas y a quienes ven dificultades en su camino. Las invitamos a experimentar lo mismo que cuando estamos subiendo una pendiente: usar los cambios, ponerle más energía y seguir pedaleando», afirmaron desde la organización.
La bicicleteada se desarrolló de manera simultánea en ciudades como Chía, Cundinamarca, Villavicencio y Medellín (Colombia); Niteroi, Campo Grande y Santarém (Brasil); Quito (Ecuador); Rancagua (Chile); Tucson, Arizona (EE.UU); Santiago Yolomécatl, Oaxaca, Ciudad de México, Monterrey y Ciudad Juárez (México); y Rosario y Buenos Aires (Argentina), consolidándose como un evento de alcance global en defensa del derecho de las niñas y disidencias a moverse libremente por la ciudad.
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