La Escuela de Comercio N.º 23 “Dr. Luis Agote” festejó sus 70 años con un festival abierto al barrio, con música, ferias, juegos y muestras estudiantiles.

El Colegio Luis Agote (Escuela de Comercio N.º 23 D.E. 7) celebró sus 70 años con una jornada que desbordó de música, producción cultural y participación comunitaria. Bajo el nombre de Festival Inagotable, la escuela abrió sus puertas el 15 de noviembre, de 13 a 18, para compartir con el barrio un día en el que la educación pública se vivió como una fiesta.

La sede de Av. Rivadavia 5161 recibió a estudiantes, docentes, familias, exalumnos y vecinos que se acercaron para ser parte de una celebración que combinó lo artístico, lo pedagógico y lo comunitario. Hubo bandas en vivo, presentaciones musicales preparadas por los propios estudiantes y una grilla diversa que acompañó el recorrido de la tarde. El clima, más de festival que de acto escolar tradicional, permitió que cada espacio de la escuela se transformara en un pequeño escenario con propuestas para todos los gustos.

La feria artesanal y comunitaria contó con puestos de comida, estampado de remeras, juegos y actividades recreativas que animaron los patios y pasillos del colegio, convirtiéndolos en un punto de encuentro para toda la comunidad educativa.

Como en cada aniversario del Agote, también hubo muestras y exposiciones realizadas por los distintos cursos y proyectos del colegio. De manera abierta y participativa, los y las estudiantes compartieron parte del trabajo que desarrollan durante el año en el marco de las distintas orientaciones del bachillerato —economía, administración y artes visuales—, ofreciendo un panorama general de la vida escolar y del compromiso cotidiano con el aprendizaje.

El festival fue una oportunidad para reafirmar la identidad que la escuela viene fortaleciendo hace décadas: una comunidad educativa abierta, participativa y capaz de transformar cada celebración en un acto de defensa de lo público. La presencia activa de la cooperadora y el involucramiento de las familias, siempre fundamentales para el funcionamiento del Agote, volvieron a sentirse como un motor indispensable.

Con entrada libre y gratuita, la jornada permitió que el barrio se reencontrara con su escuela y que la escuela se reencontrara con su historia. Setenta años después de su fundación, el Agote celebra mucho más que un aniversario: celebra una manera de estar juntos, de aprender juntos y de construir futuro.

 

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