El domingo 2 de febrero, la Policía de la Ciudad de Buenos Aires desalojó a los vendedores y manteros que solían ofrecer sus productos en el espacio verde.

Desde hace décadas, el Parque Rivadavia es un punto de encuentro clave en Caballito para coleccionistas y amantes de la cultura vintage. La feria no solo representaba una actividad comercial, sino también un espacio de intercambio social y cultural, donde vecinos y visitantes compartían charlas sobre literatura, música y cine. Para muchos jóvenes, además, era una puerta de entrada al mundo del coleccionismo y los tesoros de otras épocas. 

La medida, impulsada por el Gobierno porteño, generó malestar entre los feriantes y vecinos, quienes consideran que la feria era un rasgo identitario del barrio. El operativo policial fue sorpresivo y, según los vendedores, no hubo una notificación previa ni instancias de diálogo con el Gobierno de la Ciudad. La justificación oficial apuntó a la necesidad de reordenar el espacio público y controlar la venta ambulante, argumentando que los feriantes no contaban con permisos oficiales.

Los vendedores, por su parte, sostienen que la feria funcionaba de manera ordenada y que nunca representó un problema para la convivencia en el parque. “Hoy se desalojó la feria tan hermosa que construimos cada domingo, sustento de familias y un paseo que estaba levantando fuerte el Parque”, expresó en su cuenta de X uno de los feriantes afectados.  

La decisión de desalojar la feria generó un fuerte debate entre los vecinos de Caballito. Mientras algunos celebran la medida porque creen que ayudará a preservar el parque y mantenerlo más ordenado, otros lamentan la pérdida de un espacio de intercambio cultural y económico. 

Por el momento, los vendedores afectados no han recibido propuestas de reubicación ni alternativas para continuar con su actividad. Mientras tanto, el Parque Rivadavia amanece con un rincón de su historia borrado de un día para el otro.

 

Loading