
El colegio Santa Rosa tuvo su cierre definitivo en 2012 y aun no hay una definición sobre qué hacer con esos terrenos. Los vecinos y vecinas piden una escuela pública y protección patrimonial mientras el Gobierno porteño y grupos inmobiliarios buscan instalar torres o un centro comercial.
“Hay que rescatarlo para la educación pública y gratuita en todos los niveles”, expresó con contundencia Rubén Kavanagh, miembro del Consejo Consultivo de la Comuna N° 6, a través del teléfono ante nuestra consulta. Es que el colegio Santa Rosa, ubicado sobre la calle Rosario 638, fue una tradicional institución educativa, fundada a principios del siglo XX. Sin embargo, después de su cierre definitivo en el año 2012, el edificio sigue esperando una definición sobre su uso.
Si bien en el edificio funcionó temporalmente una sede del Centro Universitario de Idiomas (CUI) de la Universidad de Buenos Aires, el convenio se extinguió y no se renovó. Por su parte, en 2016, el Gobierno de la Ciudad impulsó un proyecto para demoler el edificio y llevar a cabo un proyecto para construir siete torres a través de la empresa MECSA. El mismo fue rechazado y frenado por la comunidad educativa y vecinal y por distintas organizaciones y asociaciones civiles que plantearon que un proyecto así profundizaría la saturación de los servicios, los cortes de luz y la excesiva construcción inmobiliaria que hoy en día vive Caballito.
Desde el Consejo Consultivo Comunal proponen recuperar el edificio (mediante la compra del mismo por el Gobierno de la Ciudad) y reconvertirlo en una escuela pública. Al mismo tiempo, también plantean que al ser un edificio centenario tiene que ser declarado patrimonio histórico de Caballito para poder evitar su demolición y favorecer su puesta en valor y preservación. Ambos proyectos fueron presentados varias veces durante estos años en la Legislatura porteña, pero sin llegar a ser discutidos.
A su vez, estos proyectos buscaron el acompañamiento de la Junta Comunal actual, la cual en su mayoría votó en contra de ambas iniciativas. Sólo los comuneros del Frente de Todos apoyaron los proyectos. A pesar de esto, en mayo pasado desde el Consejo Consultivo presentaron las propuestas como iniciativas ciudadanas ante la Legislatura, esperando que esta vez sí sean tratadas en los próximos meses.
“En Caballito hay un problema de matrícula a cubrir en todos los niveles educativos”, señaló Kavanagh, quien también recordó que el edificio “tiene más de 100 años de historia y no ha tenido otro tipo de destino más que la educación”. Respecto a los proyectos, destacó que “los venimos trabajando desde hace años porque hace mucho tiempo que el edificio está desocupado. Van dejando que se caiga a propósito para después justificar que no tiene recuperación”.
El miembro del Consejo Consultivo remarcó que “son 5 mil metros cuadrados en una ubicación de privilegio en cuanto a la accesibilidad. Son 5 mil metros cuadrados que hay que poner al servicio de la educación” y resaltó que “esto no es un capricho, estamos defendiendo a la educación frente a un negocio inmobiliario de especulación financiera, que es lo que prima en Caballito. Han saturado todo y siguen construyendo, no se puede seguir con esa lógica de lugar que tengo, demuelo y construyo edificios, que después quedan vacíos”.
Por último, Kavanagh subrayó que “queremos que por lo menos los proyectos se discutan, que tengan estado parlamentario y se voten” y consideró que “edificios o centros comerciales a Caballito le sobran. Cada avenida o calle grande es un centro comercial a cielo abierto en el barrio. No podemos seguir instalando comercios de esta manera, en lugares que están saturados. Si uno piensa, avenida Rivadavia, José María Moreno, Acoyte, Alberdi, Directorio, donde veas hay comercios grandes”.