Empresas de control de plagas, especialistas y vecinos coinciden en que la presencia de roedores aumentó en distintos puntos de la Ciudad.

En las últimas semanas, la inquietud de vecinos y comerciantes por la proliferación de ratas en la vía pública creció con fuerza. Lo que antes eran apariciones esporádicas en zonas puntuales, ahora se transformó en un fenómeno cada vez más visible y extendido. Empresas de fumigación del Área Metropolitana de Buenos Aires afirman que las consultas por servicios de desratización se multiplicaron en comparación con años anteriores y advierten que los avistamientos de roedores a plena luz del día son una señal clara de sobrepoblación.
Según la compañía El Rey de las Fumigaciones, con sede en Palermo, los barrios porteños con mayor presencia de ratas son Villa Soldati, Puerto Madero, Constitución, Once, Liniers, Flores y Caballito, además del microcentro. Gonzalo Fariña, responsable de la firma Antiplaga Norte, coincide en que la problemática se intensifica en zonas con alta concentración de bares y restaurantes. Palermo encabeza la lista, pero Colegiales, San Telmo, Barracas y Caballito también aparecen entre los más comprometidos. Otra empresa del rubro, Vámonos Pest, con base en Almagro, vuelve a señalar a Palermo como el epicentro, aunque reconoce que el escenario se repite en distintos puntos de la Ciudad.
Los especialistas destacan que Buenos Aires convive con tres especies principales: la rata de tejado (Rattus rattus), que suele desplazarse entre cables y techos; la rata noruega (Rattus norvegicus), de mayor tamaño y frecuente en alcantarillas y sótanos; y el ratón doméstico (Mus domésticus), más pequeño y habitual en el interior de viviendas. Durante el invierno, estas especies buscan calor en cocinas, hornallas, heladeras y estufas, y encuentran en locales gastronómicos un lugar ideal, especialmente en aquellos que trabajan con harinas y trigo, como pizzerías y cervecerías.
La pregunta que surge entre los vecinos es inevitable: ¿por qué se ven cada vez más ratas en las calles? Para Fariña, la respuesta es clara. La clave está en la gestión de los residuos: la acumulación de basura y el desorden ambiental generan un escenario propicio para la reproducción de los roedores. “Antes las ratas eran nocturnas, pero con la superpoblación y la falta de espacio ya es habitual verlas de día”, explica. Suárez, directora del laboratorio de Ecología de Roedores Urbanos de la UBA e investigadora del Conicet, aporta otra mirada complementaria: “El tamaño de la población depende de lo que le ofrezca el hombre. Si hay basura y agua estancada, el ambiente se convierte en un foco”.
Los especialistas alertan que la visibilidad de ratas durante el día no es un dato menor. Se trata de animales fotosensibles, que normalmente evitan la actividad humana. Que salgan a plena luz no solo confirma que la población es alta, sino que además revela que compiten por espacio y alimentos. Para los vecinos, que reportan roedores atravesando veredas y plazas, el problema dejó de ser excepcional para convertirse en cotidiano.
Desde el Gobierno de la Ciudad, el Ministerio de Espacio Público e Higiene Urbana asegura que existe un plan de control de plagas en la vía pública y en los espacios verdes, con acciones de diagnóstico, medidas preventivas y aplicación de químicos. Según datos oficiales, entre enero y mayo de 2025 se realizaron 50.879 operativos de desratización. En todo 2024 la cifra había sido de 94.135, lo que representó un aumento del 25% respecto a 2023. Sin embargo, la gestión de Jorge Macri descarta que la situación se haya agravado. “No hay indicios de que en Buenos Aires se haya intensificado el problema en el último tiempo”, sostienen voceros del área.
Lo cierto es que el tema pone sobre la mesa un debate que trasciende a cada barrio: la forma en que se gestionan los residuos y el espacio público en una ciudad densamente poblada. Para muchos vecinos de Caballito, el desafío no pasa solo por sumar operativos de desratización, sino por construir un entorno urbano más ordenado, limpio y sostenible, capaz de reducir las condiciones que hoy alimentan la superpoblación de ratas en Buenos Aires.
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